¿Qué tienes criatura que olvidar he tratado
tu carita de rosa en primavera…,
sintiendo, que eres la última y la primera
mujer, de quien yo me he enamorado.
Aunque muchos me tilden de cruel y malvado,
y aumente mi fama de desleal;
te juro, que la única causa de mi mal,
es la que sus perversas lenguas me han causado.
Siempre he amado con pureza,
y por la misma causa he sufrido;
siempre he querido con nobleza;
y casi nunca fui correspondido.
Para mi eres, tierna…, única…, adorada…,
incapaz seria yo de causarte tristeza;
te convertiría en la alegría de mi triste morada,
y haría por ti imposibles, sin hacer promesas.
Sé que las dudas se apoderan de ti,
porque de mi hay muchos rumores;
y no sé porque siempre así,
me tienen entre los peores.
Solo te pido conocerme,
Y veras que también se amar;
Y si no llegaras a quererme,
Jamás te habré de forzar.
Si acaso se lo que se;
es porque así el destino ha querido;
pero lo que jamás hare;
es dejar un corazón herido.
Yo se que tu madre ha prohibido,
pasar conmigo palabra alguna,
y sin embargo siempre he querido,
mirar tu cara con gracia de luna.
Solo el conocerme, te hará dichosa…,
y sabrás mi manera de pensar;
solo así sabrás que entre muchas cosas,
lo que mejor he aprendido, es amar.
Si dejas amarte;
te amare en silencio,
para no causarte problema alguno;
y así no sabrá ninguno,
lo mucho que te estoy queriendo.
Solo lo sabrá tu corazón,
lo mucho que podre amarle;
y a nadie nunca llegare a contarle,
lo que por ti estoy sintiendo.
Yo por mi parte estaré esperando,
con el alma gastada de quererte;
hasta llegar a convencerte,
del sincero amor que estoy sintiendo.