En la noche sin fin...
En la noche sin fin de mi quebranto,
en la noche sin astros en el cielo,
cuando de mí se adueña un cruel desvelo
y las sombras me ciñen con espanto.
Soy más culpable por amarte tanto,
por sostener tu amor como consuelo,
por retener tu imagen con recelo,
por confundir la lluvia con mi llanto.
Cerca, cerca te siento… cual cianuro
tu recuerdo recorre mis entrañas
con espejismos de fugaz belleza
¡Ah, cuando un trueno alumbra el cuarto oscuro,
reparo ante mis propias artimañas:
Sólo soy yo y mi sombra y mi tristeza!