Cuando tu imagen a mi mente
aflora,
mis amarguras dejan de existir.
En ese instante llega la alegría a mi corazón,
quedando tu contorno enredado
en el talante mío.
Mis angustias
se evaporan en un eco de suspiros,
al sentir
la ternura de tu sonrisa infiltrarse
en los sentidos.
quedando grabada en mi pensamiento.
Al contemplar tu rostro
invento luces de colores, que lo adornen
y, llevarlo en mi pecho
todo el día.
Una pléyade de suspiros
enzarzada a tu salerosa silueta
queda.
al rodearla con mis ojos.
bambam