Cuánto ha pasado desde que desperté al cielo, cuánto debo hacer para no caer dormido en el seno del tempestuoso edén privado de costillas.
sólo al calor de la conciencia, memorando estrellas, limpiando el sol para ver la rosal matriz de una inspiración intacta.
Que tal en un solo día no cupiera la más completa de mis sensaciones... Dolor, que fluyes desde la desconocida vertiente, hasta caer en la palabra, y yo que vivo para salvar el mundo, descubro que no hay hilo, veo que cada vínculo es diferente al fin, que cada corrección proviene de lo que más agrada, que cada imagen carente de luz aún se halla presa.