Miguel Eduarte

La creacion

Así como quien infla un globo, Inflé un pequeño mundo con mi aliento

y lo sostuve en mi espalda como los viejos elefantes de la antigüedad.

Traje la luz para ti y lo llene todo del amor más puro y sin maldad,

aunque me traicionaste no guardo resentimiento.

 

La naturaleza femenina a veces se revela  indomable

es egoísta a veces, caprichosa, disfrazada de lo amable,

aun en el mejor esfuerzo no quedara satisfecha su obsesión.

Comprendí: Dejémosle la creación y los milagros a Dios.

 

Miguel Eduarte