Hugo Emilio Ocanto

Te quiero, te amo (Poema)

Cuando anoche me acosté,

después de haber recibido

tu mensaje, colmaste

de paz mi alma.

Al saber que estás

mejor de salud,

una alegría inmensa

sentí. Tu estado de

salud me tenía

preocupado realmente.

Después de tu mensaje,

me comuniqué con

tu hermana, para charlar

un rato de vós y tu salud.

Me atendió como siempre

muy amablemente.

Tocamos también el tema

de nuestras deferencias

entre tu madre y yo.

Son situaciones que a

veces suceden entre

futura suegra y yerno.

Estando una pareja de novios

o cuando están casados.

Las suegras, suegras son...

A veces un poco egoístas.

Pero existen con ese pequeño,

o grande, celo de madres.

Tanto si lo es de un hombre,

tanto si lo es de una mujer.

Pero tengo la seguridad

de que con el tiempo

llegaremos a un acuerdo,

y todo para bien cambiará.

Anoche, después de tu mensaje,

feliz me fuí a descansar,

por la noticia que me diste

referente a tu salud.

Me acosté sereno,

y te soñe...

En él estábamos

en una playa.

No te puedo determinar

cuál. Era una inmensa

playa desértica.

Era toda nuestra,

porque nadie más estaba.

Conversábamos, nos reíamos,

corríamos por sus arenas...

Nos adentramos en sus aguas,

y allí, hicimos el amor...

¡Cómo gozamos mi vida!

¡Cuánto te quiero, cuánto te amo!...

Como en el sueño...

Ese suceso varias veces

en la realidad aconteció...

¿Recuerdas? Hemos sido

tan felices...

Pronto te recuperarás.

Estás mejor. Me lo has

dicho, corroborado por

tu hermana. Y me siento

feliz de que así sea.

Mis pensamientos

todo el día están en ti.

¡Cuánto te quiero, cuánto te amo!

Extraño es el amor.

Cuando no existe,

nuestra alma está triste.

Cuando el amor es recíproco,

cambia nuestra existencia.

Tanta es mi necesidad de tí,

que si no existieses,

creo que mi vida estaría

colmada de soledad y

angustia.

Sin embargo, teniéndote,

aún solo siendo en mi

pensamiento, mi felicidad

del alma es total.

Te necesito tanto

en mi vida...

Eres mi fuente de supervivencia.

Eres mi compañía en esta vida

llena de lucha y sacrificio.

Repleta de injusticias

y temores.

De inseguridad.

Y aquí debo acotar, tú lo sabes,

que esta gente que nos gobierna,

es gran parte responsable

de nuestras preocupaciones.

La mía, la tuya, la del

pueblo todo.

Ayer tuve que hacer malabares

para poder viajar.

No he sido el único.

Centenares de miles

estamos en la misma situación.

Dejo de lado este comentario.

Y voy al tema de nuestra

relación... De esta existencia

llena de encanto, de pasión,

de acercamiento, de fidelidad

en nuestro sentir y realidad.

A pesar de este cierto

contratiempo con tu madre,

a la cual quiero y respeto,

tú lo sabes, todo lo solucionaremos.

Quédate tranquila.

Como mi alma lo está.

Serena, en paz, gozosa...

Ten en cuenta siempre, siempre...

¡Cuánto te quiero, cuánto te amo!...

Mi vida es tuya.

La tuya es mía.

Tenemos un futuro

pleno de felicidad.

Todos los derechos reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto-09/08/2012)