PIEL DORMIDA
Hace tiempo que dejé de creer en los Milagros y sin embargo sigo esperando uno.
No quiero pensar que espero en vano, no pido nada extraño, ni continuar con desengaños, no deseo hacer ni que me hagan daño. Tengo mil heridas en el cuerpo y otras tantas en el Alma, mis cicatrices se hacen eco de un pasado turbulento y mi razón no quiere más lamentos como los vividos antaño, sé que soy mi propio Amigo y también un verdadero desconocido, sigo aprendiendo y sigo esperando.
Cuando cada amanecer abro los ojos, me pregunto tantas cosas que no puedo volver a conciliar mis sueños, los que me apartan de sufrir las realidades de la vida. He sido víctima de mi mismo muchos años, desde que tengo uso de razón y esta misma ha sido la que en momentos determinados ha desaparecido para que mis pasiones tomasen las riendas de mi Ser, tal vez esto sea la causa de mis dolores más íntimos los que ahora hacen que mi Piel Duerma esperando ser despertada.
Hace casi medio siglo, zarpé de puerto en una pequeña embarcación, esta fue creciendo a medida que navegaba pues del agua recogía cada día los lastres que hacían que mi embarcación se hiciese poco a poco más grande. Recogí la responsabilidad, el conocimiento, el trabajo, el tesón, las preocupaciones y un largo, larguísimo etc. A modo de tablones iban haciendo grande mi barca y también mi carga, mi navegar fue haciéndose más lento y mis pensamientos más profundos.
Recorrí dos Océanos, el primero me costó atravesarlo casi cuatro lustros, en él encontré a una Princesa y era tan especial saber que cuando sólo tenía yo 23 años ya era el ancestro de semejante Tesoro… Ocho años después llegó mi Príncipe, tenía prisas por llegar y subió a mi barca muy pequeño, tanto que daba miedo tener algo tan frágil entre las manos. Mis Príncipes pasaron a ser mis Mástiles del barco, mis remos, mi catalejo y sextante, mis siguientes horizontes, mis más preciados Tesoros.
El segundo Océano, qué decir de él…. Me dejé dos lustros al cruzarlo y gasté más energías, proyectos, confianzas y pasiones que en cualquier otra cosa de mi vida, recuerdo avergonzado que hasta casi renuncié a mis 2 Tesoros. No puedo recordar sin afligirme, ni evocar sin emocionarme. Ya no queda nada de ese Océano, sólo la gratitud a la vida de que con él, aprendiese tanto. Hoy es Océano bravo y desbocado, con fuertes tormentas y algún que otro Tsunami que hace naufragar grandes buques.
Los últimos años de esa travesía, me hicieron rendirme al timón y perdí el rumbo, tuve que dejarme llevar por las corrientes, me sentí morir durante tres largos años, mientras todo cambiaba en mi entorno. Mis Tesoros, tomaron nuevas barcas y zarparon solos, mis carnes se abrieron una y otra vez dejándome grandes cicatrices de Pirata que luchó en mil batallas, mis impulsos cedieron, mis genios amainaron y me sumí en un profundo sueño del que aún no he despertado. Sigo buscando un Faro que me lleve a Puerto para encontrar el descanso merecido. Ese es el Milagro que espera mi “ Piel Dormida”.
Grandes Vivencias….Grandes Pasiones….Grandes Luchas.
Autor.- Rafael Rivas