Madre que al dolor le puso nombre,
Madre que llamo amor al desgarre de su corazón,
La pequeña, la mujer pequeña de la mirada noble,
Que fue sublime ante el mundo y su razón…
Grandiosa doncella de los cielos,
Tienes al espíritu de Dios entre tu velo,
Eres luz del camino oscuro,
Consoladoras de las madres sin refugio.
Hermosa María, inmensa es tu celeste presencia,
En tu alma, se encuentra la fe en su esencia,
María, humilde bendición,
María, Grandiosa decisión.