CARLOS ALBERTO BADARACCO

EL FIN DE UN SUEÑO

 AMOR SIN PENAS

 

Tantas veces te amé paloma

que arrullas en mí tu canto,

envuelves de azahar el manto,

con que la vida me llenó de paz.

Tantas veces te amé paloma

que no cabe ser simple sombra,

ni ser penumbra siquiera

para amar con fervor tu llanto,

acariciar sin saber tu cara

esconder sin querer tu alma.

 

CARLOS A. BADARACCO

9/8/12

(DERECHOS RESERVADOS)

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DISTANCIAS.

 

 

 

Para qué pedirte un aliento si tu alma es de hierro duro.

 Me voy nuevamente temprano como se van las gaviotas viejas.

 Quizás renazca algún día como un alerce de puntas huecas,

 acaso sea una  vieja armonía entre las manos de un poeta joven.

 O tal vez sea un ensueño, una voz, un suspiro nuevo.

 Estoy como dormido, sin vida como si no existieran los sueños

 Mejor me retiro en silencio caminando por senderos nuevos.

 Otros se fueron antes de ellos quedó siempre vida.

 Los más arrogantes dejan simples pedazos de nada

 Los humildes dejan recuerdos, sabores a vino añejo,

 un óleo pintado en la tela donde los lirios florecen siempre.

 Dejaré las puertas abiertas, otros llamarán algún día,

 vendrán a visitar despojos seguros de llorar sus penas.

 

 

 

CARLOS A. BADARACCO

 9/8)12

 (DERECHOS RESERVADOS)