Amo…
tu voz …
que acaricia
mis suspiros;
bajo el manto del rocío,
donde la palabra…
nace, corre
y se hace escuchar;
como fuente inagotable
de consuelo,
allanando…
el espacio ocupado
por las lagrimas
deshojadas de mis ojos;
cuando el dolor
me enmudece
y me quebranta.
Amo …
tu alma,
donde revienta
la esperanza
en cada flor
que me regalas.
Amo…
tu mirada
que le da sentido
y cobijo a mi tiempo.
Amo…
tu gigante corazón;
donde nace…
la música de amor
que me cantas
cada dïa,
acunada entre tus brazos.