A mi hija Mirza.
Late mi corazón de amor y pena,
late mi corazón sólo por ella,
por la flor de mi vida ausente,
por lo que mi alma vieja siente.
Late mi corazón con alegría ingrata
porque ella no está en casa,
por la huella eterna que dejara
la inquietud con que mi alma alimentaba.
Late mi corazón ante la ausencia,
late mi corazón sin añoranza,
por pensarla feliz en otra tierra,
por saberla riendo en la distancia.
Late mi corazón de tanto amarla,
late mi corazón que se cobija
bajo el manto de la amada hija
a pesar del tiempo sin besarla.
Late mi corazón con sangre fría
porque puedo de lejos adorarla,
late mi corazón tejiendo poesía,
con mil versos que están acompañándola.
Late mi corazón sin abrazarla,
late mi corazón cuando de lejos me habla;
y por amarla así, por así amarla,
late mi corazón, de amor, al recordarla.
Autora:
Amelia Suárez Oquendo
Amediana
10 de agosto de 2012