Siente la pérdida censurada,
Del amor inalcanzable,
Valoriza la tristeza desmesurada,
Del cariño incomprensible.
Oculta entre las penumbras,
Se encuentra el bosquejo,
De sombras que vislumbras,
En lo hondo de tu reflejo.
¿Y qué más puede ser?
Si no es el musgo que te opaca,
Te cubre y poco a poco te mata,
Dejando un tono grisáceo al envejecer.
Hostil tal cual una cueva,
Agonizante como el ciervo caído,
Busca una vida nueva,
Donde nadie te haya conocido.
Reconoce las piedras,
Reconoce la tierra,
Si no, te hundieras en ellas,
Y tu tumba será tu. . . guerra.
¿Cómo poder ganar esta pela?
Si ni siquiera sabes cómo empezarla,
Tan solo ten fe, levanta tu vela,
No mires hacia atrás, es tu vida.
Crece como el roble,
Fuerte y siempre de pie,
Vuela como las aves,
Que siempre están por lo alto. . .
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Autor: César Alanís Morales