Caminando el sendero de la vida,
encontré un bosque de sueños,
duendecillos tejedores de ilusiones,
maravillosos colores,
revoloteaban por doquier,
hadas de los cuentos,
hechizos de la luna,
silbidos de cantores,
arrullaban mis oídos,
sin poder contenerme,
abordaron hasta mi alma,
aquellas emociones,
que daban paso,
a efímeros espejismos.
Contemplaba extasiada,
aquellos carruajes,
que entre nubes volaban,
derramando utopías,
que pintaban corazones en el cielo,
te miraba tan cerca,
que tus ojos me hablaban,
inventaba mis besos,
coloreaba el universo,
éramos tu y yo,
protagonistas de una leyenda,
que fue sellada en el corazón,
desvariaba en el amor,
entre visiones que cobraban vida,
cuando en tu piel,
sembraba un deseo,
aquel que era un presente,
entre jardines encantados,
duendes y elfos celebraban,
aquel romance,
que nació en un bosque de sueños.
Colombiana.-