A un paso de tu escalón
a un suspiro de la puerta
ay tan cerca mi corazón
de morir y no contesta.
Abriste una vez tus ojos
una tarde de primavera
queriendo sentir la lluvia
sentí vivir por vez primera.
Ay si viera, si yo te tuviera
no sería, ni sentiría morir
si pudiera alcanzar sentir
donde tú carita estuviera.
Que le he decir a la luna
que le digo a su reflejo de plata
si hoy que te he venido rendir
soy rocío en tu puerta cerrada.
Ay si yo fuera, y tú la ilusionada
aquí las mías manos no estuviera
como menguante primavera
como luna esperándote en la nada.
Jorge G Sifuentes
Julio, 24 2012