Sin nosotros...
Sin nosotros la cama luce olvidada,
estéril como una mancha núbil
desposada con las tercas sombras.
Luce olvidada sin la desnudez
expuesta en nuestra carne.
Sin ser tú Eva y estés tentándome
con una manzana en la mano.
Sin nosotros lucen las almohadas
pletóricas de polvo, hinchadas de años.
Piden el sudor remojando tus cabellos,
el peso de tu cabeza, el roce de tu nunca,
en el paroxismo de la noche vibrante.
Las sábanas exigen la concurrencia
de nuestros cuerpos unidos,
sus brillos cobrizos entre sus blancas olas.
El diálogo íntimo de nuestros besos
con su fuego venturoso, segundo a segundo.
De verdad es una lástima
que la cama, las almohadas y las sábanas no tengan ojos…
Para vernos retozar de lo lindo en la cocina.