Otra vez
Necesitaba una voz
Y agarre la guitarra…
Estaba sucia y desafinada
Parecía resignada
A ser adorno no mas…
Hablamos suaves
caminamos
Y así surgiendo sendero
Salió
como de un charco
sobre mi boca
broto libre
aquella voz y decía:
-Si tu puedes perdonar
-Si tu puedes perdonar
-Entonces
-Puedes perdonarte a ti …
Asi
Como un perro afinado
cante esa rueda
varias veces
Y me sentí mejor
como una plegaria
que venia de un padre
de un amigo
algo se apenaba por mi
y me hablaron
me acariciaron
blanca paz
que enamora
en una sincera
y sabia
reconciliación…
después
me acosté
pedí perdón
por no perdonarme
y sentí algo liviano
que me abrazaba
hacia el sueño.