Me acordé ayer, hija mía,
mucho más tiempo de ti,
porque mi mente ese día
en sueños te trajo a mí.
Y te obsequié una sonrisa,
del mar azul placentero,
que te rozó con la brisa
que acarició al mundo entero.
Ese fue un sueño de suerte
sobre el que con cortesía,
que vivo para quererte
te rimo en mi poesía.
La que hago sin fantasía,
sin trucos y sin engaños,
para darte esta alegría
hoy, día de tu cumpleaños.
Autora:
Amelia Suárez Oquendo
Amediana
11 de agosto de 2012