Al compás de una bella sinfonía
nacieron los poemas más hermosos,
es música de sones armoniosos
pluma del amor en la poesía.
Cuando ante el sol estalla un nuevo día,
en el jardín de aromas neblinosos,
las rosas con rocíos temblorosos
esconden la razón de su alegría.
Su pasar encandila las miradas,
y llega hasta su oído, tibiamente,
un requiebro que le hace enrojecer.
No es esencia de las flores robadas:
su figura despide sutilmente
un celestial perfume de mujer.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
(De mi libro “Caricias del Cielo”, ISBN 978-987-08-0392-8)
Fotografía de Silvia Calderón.