En mi vagar sin tiempo yo presiento
que el universo no me necesita
y la provocada angustia infinita
es quien genera en mí gran descontento.
Inquieta y débil mi alma empobrecida
su deseo enumera en cada antojo
e insatisfecha cubre con enojo
a su falsa plegaria empobrecida.
Ni canto mañanero del ruiseñor
puede alejarme de la encrucijada
y entre temor y vacío soy nada.
Sola estoy frente a gran inmensidad
camino y voy sin rumbo ni vigencia
detrás de Fe que alivie mi existencia.