¿QUIEN SE ANIMARIA A TALARLOS?
SI EL ARBOL GRITARA
A ti hombre, pregunto:
Si yo, árbol gritara,
¿quien se animaría?.
Por que yo no grito, por eso me talan,
pues no me defiendo, porque manso y bueno
permanezco quieto, por que si gritase
gritaría el infierno temblaría la tierra.
Quedarían sordos todos mis hermanos
que culpa no tienen de tal desenfreno
de tanta desidia que impone el humano,
por que yo no grito, por eso me talan.
Mis ramas conversan con nubes y estrellas
pues son mis raíces que alimenta el cielo.
ese azul celeste que impávido miras,
es lo que respiras, lo que yo proveo.
Sin embargo, talas, talas con esmero,
sin pensar siquiera que soy el sustento
de la vida toda que adorna el planeta
que su flora y fauna se muere en silencio.
Llegará la hora donde ya no tengas
ni una sola rama, ni una sola hoja,
ni el mínimo leño, que alimente el fuego
que entibie tu casa cueza tu alimento.
No habrá quien defienda tu feudo, tu huerta,
la tierra que habitas, la llevara el agua
la arrasará el viento. ¡preguntarás entonces!,
¿por que no gritaste? por que manso y bueno
te quedaste quieto y al golpe del hacha
no te rebelaste con aullidos locos.
Roncos del averno. ¡¡Veras que la vida,
se quedo sin tiempo!!!. Contraste tremendo,
crepitar del fuego, del fuego sin fuego
paz de la ceniza. ¡¡Verás que tu vida
tal cual que la mía, se quedó sin tiempo!!!.
Nicolás Ferreira