Que triste es el ave que no vuela
Que triste es el niño que no rie
Más triste es el hombre envejecido
Y la mujer pelo de plata olvidada
Que tristes son sus grandes ojos fríos
Absortos, meditabundos, sin reflejo
Que tristes sus mejillas moribundas
Y el toque tembloroso de su mano
Que triste el corazón que no palpita
Y los ojos fijos que no miran
Ojos nublados por el tiempo
Y endurecidos por el peso del olvido
Que triste es la vida ya vivida
Que triste es recordar tantas memorias
Que espesa es la soledad, fiel compañera
De sus pasos indecisos y encorvados
Guitarra sin cuerdas, guitarra olvidada
Abandonada en el rincón del cuarto frío
Guitarra marchita que en otro día fueras
Fuente de alegría y sonoras carcajadas
Cae la lluvia melancólica en las afueras
Azota la calle y el juguete desechado
Cae la lluvia negra en las aceras
Y salpica en el estanque de tu triste alma.
Que triste es el pasto sin rocío,
que triste es el alma sin poesía,
Mas triste es el hombre envejecido,
Y la mujer pelo de plata olvidada.