Han pasado las horas de largas caminatas
un baño de sol intenso
y dejarse besar por las aguas del estero
Salgo un rato de la casa
y floto en el inmenso concierto de los grillos
que apenas mueve el estanque del silencio
Nada más me siento en la hierba
miro al cielo y entonces me sorprendo
son miles, no, trillones, las estrellas que veo
parece que no hay distancia entre ellas
que no hay espacio, sólo sus pequeños brillos
destellos verdes, azules, rojos, amarillos
se siente que son como pequeños guiños
No puedo estar sentado, de inmediato me levanto
Algo en mi yo profundo me convoca a estar de pie
estoy ante lo solemne, lo sagrado, lo infinito
y al fondo sigue el concierto de los grillos
y unas aves nocturnas hacen un canto raro
el sonido viene entre los árboles, ¿son aves?
Giro en 360, veo todos los cardinales
siento como si el cielo me diera un consejo:
Comparado con estas estrellas altas
y esta plenitud intensa, bella
¿qué importancia tiene el mal que se enrosca en la caverna?
que convierte al hombre en fiera
que despoja a su hermano, le quita la vida
vive de la droga y corrompe fines
Ante las Glorias que cantan tus obras
el mal es pequeño, débil, nada.
y sin importancia sus dulces perversos
sus premios de espanto
su reino de Infierno.
Ante el poder, la ciencia y belleza
que cantan tus obras
Tan sólo la adoración puede exitir ante Ti Perfecto
y un sentimiento me llena entonces
miro la grandeza y no la siento ajena
no la extraño, no la temo
y ya no puedo estar de pie
pues sin que lo piense o que lo decida
como un impulso aprendido en el fondo de los tiempos
entonces me pongo así
de rodillas ante Ti.
Señor mío, creador del Universo.