Tus ojos azules como el mar;
Tú rostro es como el espejo cual reflejo de un lago.
Tú vida es un arcoiris de inocencia y ternura.
Tú, compañera de mis años infantiles,
donde encontre fortaleza para mi alma.
Tú, signo de admiración en el libro de mi vida,
para beber la luz de mi existencia,
¡oh!, plenitud de mis recuerdos en los crudos fríos de invierno.
Espero cada amanecer con ansías a mi ángel guardian,
y poder abrazarlo para que guie mis pasos
e ilumine mi senda a lo largo de mi caminar cotidiano,
y no se me acaben las fuerzas al llegar el nuevo día.
Mujer me haces sentir que mi existencia
se asemeja a un viaje en el tren de la vida,
que va de estación a estación, cambiando mis animos y hacen de mí un éxito.
Vida es curioso ver que con el paso del tiempo
muchos de las que subieron en el tren se irán vajando
y nos dejaran grandes vacios que no
se podrán olvidar ni llenar con otros seres.
Pero todo el trayecto que segui me ayudó a continuar
con los retos, desafios, alegrías, fantacias, sueños,
despedidas, tristezas, pero cada una me dejo buenos y malos momentos.
Me sentiré feliz saber que con cada ser,
que se subió en el tren de la vida,
me ayudó a mejorar mi actitud como ser humano,
para cuando me toque bajar, no me siento triste y que el viaje valió la pena.
Rusita