En mi país hay muchas razas de todo color;
sobre todo a los negritos les tengo mucho
cariño y amor, los veo muy desamparados,
muchos mal arreglados, pidiendo por favor
que les compren algo, en esas caras veo -
dolor. Me gusta darles algo, se ponen muy
contentos y eso es lo que quiero ver yo -
pues ver personas felices siempre me gustó.
No me importa el color de cada una de sus pie
pieles, todos somos hijos de Dios.