crucé la mar en busca de esperanza,
los ojos de niña color café,
una armadura dura cuya fe
removía montañas con templanza.
un lago y una ria, quien alcanza
tanta sabiduría, quien la ve,
yo la veo en la noche con placer,
a la vez que ejecutas una danza.
en pleno meridiano, dos amigos
se hallaron apesar de tanto sueño,
el habló del verano sin abrigos,
ella habló de los cuerpos cuyo dueño
no es mas que dinero del pan de higos,
ese mismo que sirve para un leño.