a. santas

el sur

crucé la mar en busca de esperanza,

los ojos  de niña color café,

una armadura dura cuya fe

removía montañas con templanza.

un lago y una ria, quien alcanza

tanta sabiduría, quien la ve,

yo la veo en la noche con placer,

a la vez que ejecutas una danza.

en pleno meridiano, dos amigos

se hallaron apesar de tanto sueño,

el habló del verano sin abrigos,

ella habló de los cuerpos cuyo dueño

no es mas que dinero del pan de higos,

ese mismo que sirve para un leño.