En cada rincón de su cama
se le aparece casi desnuda,
tantas y tantas veces entonces
él la ama con tantísima ternura.
La roza de a poco con sus labios,
cada parte cada trocito del cuerpo,
le besa cada hueco con lujuria.
Y la besa poco a poco, lento,
como el sediento en las dunas,
en cada sorbo que se beben
se llenan con tantísima dulzura.
Se dan fuertes abrazos,
se aprietan con más furia,
en cada abrazo se regalan
las más hermosas ternuras.
Si ella supiera que es la dueña
de todos sus sueños y que...
En cada parte de su cuerpo,
aunque distante, a él se ajusta
y no existe ni un momento
ni un solo espacio en el tiempo,
que no la tenga, con él a su lado,
bella, hermosa, plácida y pura.
Él la tiene entre sus sábanas
y sus manos como plumas,
vuelan, la tocan y la dibujan.
Si ella supiera de su amor...
lo que su amor le augura,
cuando la tenga muy cerca,
cuando solo la sienta suya,
se sentirá en el mismísimo Cielo,
y subirá ansiosa a la Luna
porque su amor es tan puro...
¡Como la miel de la vida!