huertero

Antojado de suscribirme a la vida...

La marea baja dejando

una creciente de crisálidas

pululando entre sueños azules.

Ella en la  luz del satélite espejo

 refleja la cara del amor

a trasmano del horizonte

tapiz cuadriculado.

Sus huellas se adelantan a

las mercenarias sombras harapientas.

La  noche desenvuelta  

la pleamar deja más que arena filtrada,

peces agotados del intenso reflujo,

caracoles retroescavando

tratando de volver a ti y

tus ojos pegados a la luna.

Aun te puedo ver...

Amontonados  al muelle encallan

los antiguos submarinos que

demarcaron la paz atómica.

La marea aún me devuelve…

Aún estoy tratando de transportar

 al sol por  la misma senda

que la luz de mis miserias.