Etapa de la vida en la cual nos
damos cuenta que la muerte nos
llama y no podemos hacer nada en
absoluto, tan solo esperar a
que nuestros familiares se pongan
el traje de luto.
Queremos ser jóvenes otra vez,
pero la vejez no nos deja y poco a
poco de nuestros seres queridos nos aleja.
Quisiera seguir viviendo para
ver crecer a mis nietos y bisnietos,
pero la vejez parece no dejarme gozar de
tan maravillosos acontecimientos.
Hasta luego, me voy huyendo
para que la vejez no se de
cuenta que por su
culpa me estoy muriendo.