Camino sobre el río
amasando el dolor
y riendo mientras pienso
en esos tiempos
de momentos aturdidos
por el sonido de tantos olvidos
y que antes me causaban tantos
remordimientos y arrepentimiento.
Pero el viento ya está a mi favor
y los alientos se me escapan como el vapor
del agua hirviendo del caldero.
Y mi alma se regocija ante mis presentimientos
de que esta noche por fin terminara el lago invierno
que nos mantuvo encerrados a todos en el infierno.