por diez años recibí amor y atención sin retribuirlo
por diez más, demandé lo mismo
viendo sin ver a los que me amaban
por otros diez, entregué lo mejor de mi corazón
y las más de las veces fui ignorada...
los diez siguientes fueron laberintos recibir sin dar,
esperar sin recibir, darlo todo sin encontrar nada
y en estos últimos cinco aprendí
que la vida es dar sin esperar
y las ventanas de los cielos se abren sin reservas
y podemos amar y ser amados
Gracias a Dios por rescatarme del egoísmo que asfixia
del naufragio de las dudas y por eneñarme
lo importante de la vida...