ME ENCONTRÉ CON UN BESO.
Luego de un larguísimo viaje de diez horas, pero con el alma entusiasmada por un nuevo encuentro, no había espacio para el cansancio, solo el frenético deseo de verlo, al bajar del bus, con mi misma impaciencia, con mi misma ansiedad de fundirnos en un abrazo y sin palabras gritarnos ‘’te amo’’.
El autobús no estacionó en el lugar debido, por lo que al salir de él, no vi a mi canalla,. Y él, esperándome en la estación vecina de la misma calle, no me vio bajar del otro vehículo.
Busqué un teléfono público para decirle que ya había llegado, que lo estaba esperando , me preguntó dónde estaba le dije la dirección exacta, al colgar el auricular, vi que en frente tenía una cafetería, pensé que era un buen lugar para esperar, y al intentar volver a llamarlo a su celular, sin pensarlo lo tuve frente a frente a milímetros, mi rostro de su rostro, se me escapó un ‘’AY’’ emocionado y exhalando un suspiro, que fue cortado por un dulce, un cálido beso de bienvenida. Entonces se encendieron en mis ojos dos soles y mi mirada ilusionada penetró en el fondo de su mirada. Otra vez a su lado, otro encuentro de dos seres que se aman. Le crecen alas a la felicidad y nos lleva en su vuelo mágico por los cielos del amor. Un taxi nos lleva al cuartito del hotel elegido para danzar al ritmo de la pasión, para entregar el alma, para amar… para amar…para amar.