Ay, como te amo
con qué ardor, con qué fuerza
con qué poca vergüenza
con qué fe que te amo.
Tengo ojos para otras. Y palabras.
Tengo tiempo también.
Y tengo oídos.
Pero no tengo manos,
piel,
destinos,
sueños,
sexo, niños.
Porque todo eso lo tengo,
amor, contigo.