La Vida
Corriente de agua
constante,
a lo largo de horas, días, años.
A veces
es un torrente
que arrastra la frescura de los campos
De pronto,
los desechos morbosos,
de las calles de cualquier ciudad.
Otras,
clara y luminosa como los relámpagos
Candela apagada en noches sin luna
.
Rocío de hiel para los labios agrietados.
Implacable y bella.
Compasiva y turbulenta
Cada cual,
consagra su esencia.
Serenidad,
como la caricia del infante
a los senos de su madre.
Otrora,
tropiezo alucinado,
en senderos de sombras,
buscando la puerta de salvación.
Queriendo matar a la serpiente
para revivir el ángel.
Garganta impetuosa,
llena de silencios..
La garra presta, a la maloliente cercanía.
Brazos extendidos a los hijos de Abel
Cavernosos infiernos
Multiplicados cielos.
Cada cual elige…se somete,
esperando a la que no es intrusa: la muerte