teresa ternavasio

LA VIDA

La Vida

 

Corriente de agua

constante,

a lo largo de  horas,  días,  años.

 

A veces

es un torrente

que arrastra la frescura de los campos

 

De pronto,

los desechos morbosos,

de las calles de cualquier ciudad.

 

Otras,

clara y luminosa como los relámpagos

 

Candela apagada en noches sin luna

.  

Rocío de hiel para los labios agrietados.

 

Implacable y bella.

Compasiva y turbulenta

 

Cada cual,

consagra su esencia.

 

Serenidad,

como la caricia del infante

a los senos de su madre.

 

Otrora,

tropiezo alucinado,

en senderos de sombras,

buscando la puerta de  salvación.

 

Queriendo matar a la serpiente

para revivir el ángel.

 

Garganta impetuosa,

llena de silencios..

 

La garra presta, a la maloliente cercanía.

Brazos extendidos a los hijos de Abel

 

Cavernosos infiernos

Multiplicados cielos.

 

Cada cual elige…se somete,

esperando a la que no es intrusa: la muerte