Restregar un deseo, por ti,
no es obsesión alguna...
brinca a mi imaginación, con ahínco,
el delirio de tu alma...
anhelo vigoroso, descarado y fulminante.
Desasosiego, amor que te tengo
insomnio imprudente que vela tu sueño
cual pupilas temerosas denotan mi ensueño,
no es un errático consuelo.