Al sur del mundo,
donde la América mestiza se desgrana
en mil pedazos,
frente a Ancud , la Sebastiana.
Habitada desde hace veintidós años,
tan solo por Manuel.
Trashumante de sueños sobre el talud del viento
¿ dónde anidan hoy tus pasos infinitos ?
Te han buscado por abismos insondables,
trajinando los escollos de este azotado atolón.
Saudades huúrfanas transitan descalzas
los senderos del miedo.
El bote se ha llenado de nostalgias,
y la choza es un fantasma
atormentando al ganado.
Las grosellas sabrán más ácidas
en esta primavera, se agostó la vida
en las planicies del alma
y el mañio centenario grabará en sus anillos,
la historia de tu desaparición.
¿ Dónde estás Manuel, o es que acaso
el Caleuche te ha invitado a surcar
los siete mares,
intentando aliviar tu soledad ?
Yo sé que la obsidiana luz de tus ojos
como punta de lanza en cacería,
aún se extiende sobre la heredad,
defendiendo tres generaciones
de tu sangre.
Alejandrina.