*Calor y sombra*
Porque el Sol es duro con el camello y el Tuareg
si ninguno desbarata la inmensidad del desierto,
dunas de arena y roca desnuda como esqueletos
pavonean su inmisericorde brutalidad de halago.
*Polvo y arena*
El siroco brama entre la duna del ardor inmundo
arrastrando el suspiro seco de la muerte de sed,
cuando la caravana necesitaba el amparo de Ala
era el tiempo de la tempestad de polvo hirviente.
*Nube púrpura*
Cuando el firmamento sangra sufrimiento y caos
cuando roja nube dibuja de infierno el horizonte,
azotando los cuatro camellos que guía el Tuareg
al reflejar las sombras sobre una arena ardiente.
*Camello y sed*
Sufrí la desdicha de la falta del agua que da vida
al sediento camino andariego de arena ardiente,
un inmenso mar de polvo que zarandea el Siroco
hasta que la palmera trae la esperanza del Oasis.
*Tuareg azul*
Necesito el amparo del Profeta que guía mí alma
cuando la noche rellene la alcarraza con el rocío,
para que mí sed se apague el halo llorara de frio
cuanto le agradezco al rocío el habernos salvado.
*Ala es grande*
Cuando las Suras de la vida asombren al planeta
las almas olvidadas de los no creyentes vagaran,
sin el favor Divino ni el premio por lo bien hecho
postergándolos en el tamo de los inmisericordes.
*Dios perdona*
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
17 de agosto del 2012