Eres tú pequeña flor
quien necesita mis cuidos
y cada día te doy
lo mejor que hay en mí mismo.
Tu colorido destaca
y te llena de belleza,
la misma que desde tu alma
se sobra y sale hacia afuera.
Eres tú espejo dorado
con todas tus cualidades,
con el aroma soñado,
que baña mis soledades.
Yo quisiera ser abeja
para libar tus pistilos
y observar cómo se queda
mi corazón en tus hilos.
Bebe de mi agua, mi flor,
que sé que tú así resistes,
no sea que el duro sol
te dé fuerte y te marchite.
(RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS DE AUTOR)