Rastreras y con las palabra de Dios en las venas
lloran simulando, una lágrima de anciano... se ríen como hienas...
miralos allí como interfieren en una amistad
con consejos, sabiduría, chismoseando de otros sin ensuciar.
Empiezan a decir...
"Sólo silencio... que aquí está mi mano amiga
va de la mano de Dios, no genera problemas... no castiga...
tomenla los que gusten y unanse a mi causa injusta
que me apasiona formar una legión a quien me ofusca.
Inbadiré sus mentes con reflexiones, canto y poesía
los que escuchen bienvenidos, los que no... grito de algarabía...
no deseo problemas, soy padre y un gran señor
que escucha a su venganza, pero no a su propio yo.
Arrepientete pecador que tus días están contados
y sigueme que iré de tu mano por el camino sagrado,
no escuches a los envidiosos de mi arte... ignoralos...
que el recogedor de basura se acerca... ¡rápido apartalos!...
Como me alumbra el día... el horizonte está tieso
cada vocablo se queda conmigo ... estoy ileso...
que todos me vean, soy un hombre de paz y amor
yo perdono, si les perdono... a mis amigos mas no a mi opositor..."
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