Humano desde el sexto día,
bajo la labor del molde.
Sorbo de mundo, en lluvia y seco.
Bajo los arcos, por los huecos,
en todos los deseos de la tierra
oye el canto de la boca del viento.
Alta y al aire va la boca del viento
con motivos para viajar en las grietas,
por grietas y cosas sueltas.
Medida de todo, con rienda de todo,
semejante al Todoluminoso.
Hasta la orilla de las cosas sueltas.
La causa de los solitarios
agradece el rezago del diluvio
y el sorbo del mundo y el cielo amplio,
lo efímero de las grietas.
Aunque cada uno en una isla,
son de horizontes mutuos para yacer en los regazos.