Yaces dormida entre océanos,
arrullada por suaves olas,
como perla envuelta en nacar,
como espuma blanca sobre la arena.
Dormitada bajo cálidos rayos,
tu cuerpo reposa en una hamaca
mientras tus niños rien, cantan, y juegan
bajo el baño tropical de tu alborada
y el acogedor atardecer de tus alcobas.
Te mira el marinero y te saluda
el mercante y el hacendado te cortejan
cual dama elegante en fiesta de gala.
Asi te recuerdo, india hermosa
de tez morena, nariz rectilínea,
tronco curváceo, boca de plata.
ondulados cabellos, color de noche.
Tu eres mía― y yo soy tuyo.
¡Me perteneces!
Los pechos de tus montes,
los valles de tu pubis;
las esbeltas piernas de caminos ondulados,
tu ombligo en forma de lago
Tu historia, tu futuro
tus hijos ― ¡Mis hermanos!
Yo soy tuyo y solo tuyo
Mi amanecer, mis recuerdos,
mi juventud, mis anhelos
duermen bajo el calor de tu pecho.
Te extraño mi amada, mi patria,
mi HONDURAS
olvidarte nunca mi alma podría
eres mi refugio, en tiempos de lluvia,
eres mi recuerdo en pleno futuro.