Quisiera vestir mi realidad
Con otro cariz
Con otras voces
Que no sean suplicas
Con otro silencio
Como el de las piedras
Deseaba vengarme de la vida
Amándote bajo los arboles
Desapareciendo mi boca
En los recodos de la tuya
Pero mi venganza
Ha perdido sus plumas coloridas
Luchando contra la desgracia
Y ahora consiste simplemente
En lograr que por fin
Tu rostro despunte
En el ocaso de mi olvido.