Una y otra vez vuelvo sobre mis pasos
buscando en las letras alguna huella tuya.
Los árboles me miran de pie y el cielo
solemne con sus moléculas brillantes
celestes me silban voz a viento suave.
¿qué ha sido de ti niña del norte vientre?
han pasado cien años sin conocerte
sin embargo te veo pariendo cruces.