Entre sábanas deshilo la espera
de otra noche que no acaba
una nueva ausencia se acurruca junto a mi...
La almohada tiene tu aroma
y mi piel la forma de tus manos
como saber de mi cuerpo
si tu lo conoces más que yo...
hallo recuerdos en los pliegues de la cama
y la oscuridad no ayuda a ahuyentar tristezas
a llevar en andas el dolor del abandono...
A endulzar los labios con tu nombre...
Extraño sumergirme en un abrazo
dormir sueños
no vivir pesadillas que duran se visten de rutina
no vivir mañanas llenas de oscuridades...
Extraño, lo que extraña el mendigo,
cuando añora lo que tuvo en sus labios,
extraño el pan, el agua... y tu abrigo.
Extraño, lo que los gritos en sabanas, mojadas...
bañadas en delirio...
de noches de amor y paz.
Pedro Ruiz M.