Niña hermosa
Libro sagrado
Poesía inmaculada
Quiero sosegar tu turbulento ímpetu
sucumbir ante tus peticiones
ser un chacra mas en tu cuerpo
sumergirme en tu psique
y abastecer de fluido cósmico tus noches soñolientas
Musa infinita
princesa de alabastro
si no te escribo yo
¿Quién mas lo hará?
Déjame volver a enamorarte
Quiero volver a ser en ti eso que nunca llegue a ser
Sentirme puro
Y triste, triste de alegría e incertidumbre
Amor
Espejo roto en mi alma
Manifiestas las formas básicas de la geometría sagrada
De maneras tan exóticas
Que no alcanzo a discernir, siquiera
Que tan loco me encuentro, ahora que te conozco
No seas una paradoja mas de la que tenga que preocuparme
Me basta con divagar entre la filosofía y el misticismo
Pero... mírame
Por favor
De vez en cuando, mírame
Acepto que ya no me necesites
Acepto que me hayas sido fugaz
Y no me hables, si asi lo deseas
Pero mírame, para variar
Así podre hablarte mas de lo que puedo
Así tal vez apacigüe este silencio caótico
Todo lo soporto
Todo lo soporto, menos que no me regales tus ojos de vez en cuando
Niña hermosa
Libro sagrado
Poesía inmaculada
Haz de tu vida lo que quieras
Sigue tu vaivén, cual río turbulento
Yo solo te observare
En estos pocos meses tristes que me quedan
Yo…
Yo solo te querré
Locamente
Felizmente, verte tristemente ajena
¿Sabes algo?
Me encantas