El humor relaja.
En una pieza moderna
del dormitorio de abuelos,
con piso color canela
denominado flotante,
debajo de la marqueza
habían cuatro cantantes.
No se imagina usted
en esa noche callada
dos cerdos y dos conejos
la canción por ellos cantada.
En su letra ellos decían
el maltrato recibido
gruñendo el chancho contaba
andan a patadas conmigo
¿será porque no camino
en este piso tan liso?
Y...el conejo contestaba,
a mí me llevan al baño,
y trato de no hacerle daño
al que me trata a punta,
de golpes que no me gustan
¡calla! le dijo el conejo
que se levanto el viejo,
porque ya prendió la estufa,
para calentarnos hoy,
ya que somos las pantuflas.