Virginia de Albán

PROHIBIDO PROHIBIR

Quiero abrir este poema

hasta la altura de tu desnudez,

y a la altura del ansia

como Dios en tus besos.

 

Prepárate amor mío,

porque voy a buscar

lo furtivo de tu alma.

 

Subiré por tus piernas

como un reptil de lenguas estrelladas,

luego, con la soltura

secreta de mis manos

despertaré la noche

vertical de tu sexo.

 

Donde las lenguas de la sed se entregan,

 bordeando mis labios

 incendiados de besos.

 

¡Ah, tu grito vencido

y vencedor

cuando mi lengua toca

su inmensidad…!