Es tan grato despertar
y dar gracias a Dios,
por un día más de vida,
por todo lo que nos regala
desde el fondo de su corazón.
Aspirar el aire fresco
y sentir como la vida
fluye dentro de nosotros,
poder observar
todo lo que nos rodea.
¡Cuánto sol!
¡cuánto cielo!
¡cuánto amor
que sentimos dentro!
A veces las pequeñas cosas
nos alimentan tanto el alma,
una caricia,una sonrisa,
una bella melodía.
Extiendo mis manos
y aunque no alcanzo el cielo,
tengo la infinita seguridad que ya vivo en él,
gozando de esta maravillosa creación
de Dios,día con día.
YOLANDA BARRY.