minsandi

A un poema inconcluso

Concebido fuiste

en alas de una fantasía.

Te abriste paso

en la roca fuerte y dura

derramando tus aguas

primigenias

en el lago de la hoja

que ansiosa te esperó

para beber tu aroma,

tu trazo y tu pasión.

Telúrico, conmoviste

los cimientos interiores

con perspectivas

de nuevas realidades.

Eras el inicio

de

un nuevo mundo.

 

¡Pero te moriste!...

picó tu fruto

el infame insecto

de la destrucción,

succionando

con arte de parásito

el canto de tu vida.

Te dejó marchito,

quedando solamente

el cascarón de la hoja

que se entregó como nido.

 

¡Lo que he perdido!

¡Te dejé escapar

a un planeta inexistente

en este cosmos

urgido de tus palabras!

¡No pude atraparte

como no fue atrapado

el miserere de Bécquer!

 

Lo peor de todo

es que nunca sabré

cuál era tu esencia,

y qué mundos

habrías creado.

Te transformaste

en un canto errante

que nunca hallará

el final que complete

la creación de tu mundo…