FOTOS VIEJAS Y AMARILLAS.
Ventanas abiertas al paso del tiempo,
espejos añosos, de nuestro pasado
imagen clavada en papeles viejos
sonrisas perennes impresas de antaño.
Como fotos viejas, de pronto encontradas,
en el laberinto de unas viejas cajas,
colores añejos, casi desteñidos,
en blanco y en negro, nos golpeó la cara.
El que no pasaba, el que no se iba,
que no tenía apuro, que nada le urgía,
el que no sentía su meta fijada,
El que en absoluto, nada le importaba.
¡Hera nuestro tiempo!!!, lento transitaba,
eran nuestras horas, de vida tranquila,
era el que de eterno, diploma tenía,
de sueños y ensueños, la existencia ungía.
Más su paso lento, se hizo ligero,
apuró su tranco, así, sin quererlo,
nos dejo su huella impresa en el rostro,
¡preguntó!!, mi amigo, ¿tú, no me esperabas??
Con sus fotos viejas, nos cruzo la cara
creímos tenerla, por siempre comprada,
más al observar, nuestro viejo rostro,
que al usarlo mucho, pronto se gastaba.
Los años que pasan, se llevan con ellos
añosos momentos, que las fotos guardan
vidas que en papeles quedaron impresas,
niños del ayer, hombres del mañana.
Eso es lo que fuimos, esto es lo que somos,
lo que nos revelan, estas viejas fotos,
creímos tener, juventud comprada,
hoy nos damos cuenta, ¡estaba prestada!!!.
Tal vez el poema, el que ahora escribo,
si al pasar los años, alguien lo leyera,
cual fotos antiguas, amarillas, ocres,
abierta al pasado, será una ventana.
Poemas y fotos, dejarán grabadas
toda nuestra historia, con fama o sin fama
en el laberinto de unas viejas cajas
nos dirá: ¡Mi amigo!! tu vida, se acaba.
Nicolás Ferreira.