A la hora que cambia el día,
en el silencio de mi nostálgica alcoba,
mis pensamientos y sentidos
se llenan de tu erotismo y sensualidad,
misma que me hace perder el sueño,
la cordura comienza con ritmo ensordecedor
en todas cada una de las partes de tu
intenso y placentero cuerpo,
a llenar de ruidos anhelantes mis instintos,
convirtiendo mi alma en un animal en celo,
que solo busca mitigar el deseo de su hembra…
Comienza la orgía de nuestros cuerpos,
que se desean por encima del
trivial deseo común,
mas allá de cualquier razón,
sin intervalos el goce del sexo,
sin barreras e inhibiciones,
se desboca en una audaz aventura
sin miedos y sin mordazas,
natura incesante que lleva al clímax
a nuestro cuerpos que en el
acto solo son uno…
Entre jadeos abundantes y mucho sudor,
el placer carnal vuela fuera de este mundo,
dejando estelas de un camino
lleno de ardor y fuego infinito…
…y culminada la sinfonía erótica de nuestra obra,
en reposo, muy juntos nuestros cuerpos,
se respiran el uno al otro,
llenos de placer a medio consumir
-no ha hecho mas que comenzar-
con voces aun deseosas
nos juramos a unísono sin temor alguno,
- mañana a media noche-
/ volvemos a soñar y sentir de nuevo juntos /
--------------------------------------------------------------Carlos Dos Santos Daniel© Todos los Derechos ReservadosVenezuela